CUIDA TU SALUD MENTAL: APRENDE SOBRE LA DEPRESIóN Y DE QUé FORMA PUEDES TRATARLA A TIEMPO

La depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor, es una condición psicológica caracterizada por una tristeza persistente y una pérdida de interés en las actividades que suelen ser placenteras. Este estado no es solo una tristeza pasajera, sino una enfermedad que puede interferir significativamente en la capacidad de una persona para llevar una vida normal.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 280 millones de personas en el mundo sufren de depresión de los cuales un 50% son mujeres. Además, anualmente, más de 700.000 personas toman la terrible decisión de suicidarse, por esta razón es la cuarta causa de muerte en el grupo etario que comprende a personas de entre 15 a 29 años.  

El sitio web oficial de la OMS, expone que a pesar de que actualmente existen tratamientos eficaces contra los trastornos y hay mayor conciencia sobre la salud mental, alrededor del 75% de las personas afectadas no reciben ningún tratamiento. Según el referido organismo gubernamental, la mayoría no cuenta con dinero suficiente para pagar tratamientos, algunos desconocen la existencia de algún proveedor de atención de salud mental o simplemente consideran que su estado de ánimo no tiene ningún tipo de solución a corto plazo.  

A propósito de esto y del mes de septiembre como el mes de la prevención del suicidio, la OMS ha divulgado información importante sobre el tema de la depresión, cómo reconocerla y de qué manera se puede tratar.  

¿Cómo se desarrolla la depresión?

La depresión puede ser provocada por una combinación de factores genéticos, bioquímicos, psicológicos y ambientales, situaciones de estrés, traumas de la infancia y otras razones. De acuerdo con la OMS, la depresión puede surgir a partir de:  

Historia familiar de depresión u otros trastornos mentales.

Alteraciones en los neurotransmisores del cerebro que afectan el estado de ánimo.

Experiencias significativas de estrés o trauma, como la pérdida de un ser querido, abuso o problemas financieros.

Estilos de pensamiento negativos o problemas de autoestima.

Síntomas de irregularidad

Tal como expone la OMS en su sitio web, los síntomas de la depresión pueden variar en intensidad y duración, pero suelen incluir:

Ánimo decaído que son sentimientos de tristeza, vacío o desesperanza que persisten durante la mayor parte del día o casi todos los días.

Reducción notable en el interés o placer por actividades que antes eran disfrutables, como hobbies o relaciones sociales.

Cambios en el apetito y el sueño como insomnio o hipersomnia y cero ganas de comer durante un tiempo prolongado.  

Fatiga y falta de energía que es una sensación constante de cansancio y falta de energía, incluso después de descansar.

Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva que básicamente es una autoevaluación negativa y sentimientos de culpa desproporcionados o inapropiados que se alejan a la realidad.  

Problemas para concentrarse, tomar decisiones o recordar detalles.

Pensamientos recurrentes sobre la muerte, ideación suicida o intentos de suicidio.

¿Cuál es la vía para atender el problema?

El tratamiento de la depresión es multidisciplinario e individualizado, y puede incluir una combinación de estrategias que incluyan terapia, intervención familiar, reclusión en un centro de atención psicológica, entre otros. Las soluciones pueden variar dependiendo de la magnitud del estado del paciente.  

Según la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de los casos se puede tratar con terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia interpersonal (TIP) que son los enfoques más comunes y efectivos para tratar la depresión. Estas terapias ayudan a los individuos a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y a desarrollar habilidades para manejar las relaciones y el estrés.

No obstante, algunos casos requieren ingesta de antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los antidepresivos tricíclicos, que pueden ser recetados para ayudar a equilibrar los neurotransmisores en el cerebro. Este tipo de tratamientos son bajo prescripción médica y no es recomendable ningún tipo de automedicación.  

Dependiendo del estado del paciente en depresión, también es viable la participación en programas de apoyo, grupos de autoayuda y actividades recreativas que puedan proporcionar apoyo emocional y social. En ese mismo orden de ideas, el buscar hacer alguna actividad como ejercicio, conversar con redes de amistades también pueden tener un impacto positivo.  

La depresión es una enfermedad compleja que afecta a la mente y al cuerpo, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden encontrar alivio y mejorar su calidad de vida. Es crucial que quienes experimentan síntomas de depresión busquen ayuda profesional y no enfrenten la enfermedad en solitario. La colaboración entre familiares, amigos de la mano de médicos, psicólogos y otros profesionales de la salud puede ofrecer una estrategia integral para el manejo y la recuperación.

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